viernes, 17 de abril de 2009

"Amarillos-Morados-Azules"

"Viernes Santo"/ Óleo sobre madera con aplicación de hoja de oro,de Liz Hentschel/ 40 x 50 cm

Misma gama, mismo trazo, misma mano.

Otra técnica/ otro tema/ otro tiempo...

Curioso, muy curioso: aunque esta imagen podría ser "clásica", tiene algo insólito y ciertamente diferente.

Y aunque aparentemente no guarda relación con los pensamientos de antes, sí comparte algunas características con ellos... ¿Será su ingravidez. serán los tonos, será el aire o el fondo, o será su movimiento?

"Definitivamente, esta imagen también es mágica", se dijo mientras continuaba mirándolo asombrado.

16 comentarios:

mardelibertad dijo...

Hola lirio, una misma imagen, diferente y mágica a la ves, tu umbral es la señal que me condujo aquí, en una magia tengo un regalo mágico para ti, me gustaría que pasase a recogerlo.
Un abrazo

Antonio Martín Bardán dijo...

Hola, Liz.
Vas a decir que soy un exagerado, pero me gustaría que el amigo Gauguin se diera un paseo por aquí y comparara tu cuadro con su Cristo Amarillo...
Lo "curioso" que veo aquí, en esta hermosa imagen, aparte de esa luz dorada que la enciende, es la corona que se confunde con el cielo, como dando a entender que no se trata de cualquier figura la que ahí está, sino de una concreción, un "gesto" del universo mismo.
Toda la imagen está como diciendo, vibrante: "Éste es mi Hijo, y mi Hijo soy Yo".

Gracias, Liz, por la magia.
Un abrazo dorado.

LIRIO dijo...

Mar querida:

Muchas gracias, en primer lugar, por tu Comentario, mágico y acertado.
Por otra parte, te quiero agradecer también tu regalo. Fui a tu blog e intenté dejarte un comentario allá: imposible. Como una vez dijo Antonio, estos de Google Blogger se están pasando de castaño oscuro... porque muchas veces no me aceptan la contraseña o no sé qué. El caso es que díme por favor de qué Premio se trata, pues allá no encontré información específica.

De momento, en vez del castaño oscuro, prefiero irme hacia los amarillos y morados...
Un beso

LIRIO dijo...

Antonio:

No, no creo que sea exageración, pues a mi también me encantaría ver al Maestro Gauguin pasear por entre estos umbrales. ¿Te imaginas? Sería extraordinario.
Pero una vez dentro del realismo mágico, se abren muchas más posibilidades, y podemos libremente imaginar incluso esto.
Y es verdad lo que dices: se parece mi Cristo remotamente a aquél, también raro, que pintó él, si no me equivoco, al fondo de uno de sus autorretratos. Seguro que fue la misma musa la que nos inspiró a ambos, con unos 100 años de distancia.
¿Una concerción, dices? ¿Un "gesto" del universo mismo? Mmm, qué maravilla. Me deja más que encantada tu interpretación, más bien halagada en extremo.

Mi gratitud para ti, dorada y con un fondo azul como los atardeceres del verano.

Anónimo dijo...

Una figura del expresionismo más puro: por sus colores dramáticos y su cargado pincel. La efigie del Cristo está rodeada de un campo magnético (como el del Bretón), con un amarillo sulfuroso y los tonos dados como al claror de una tenue luz de la vela. Es un retrato del dolor visto desde el alma del artista.
Felicito, como siempre, a mi querida Liz.
Un beso. Alejo Urdaneta.

Descalza dijo...

Que delicadeza y sensibilidad amiga Liz.

Gusto del arte sacro que carece de señales de martirio, me encantan los ángeles y rostros expresivos como el que bellamente has plasmado y mira que fondo! característico de tu obra , una fusión entre el color , la magia y la esencia de tu bella alma artista.

Aún queda algo en mi interior de esa niñez profunda en religiosidad en que me sentí protegida por Jesús y nuestra virgen hermosa imagen de Guadalupe, este encantador fenómeno guadalupano que en México cobra tanta vida.

Hoy por hoy no soy creyente, sin embargo me percibo espiritual y hasta puede que añore todo aquello de vez en cuando.

Un beso enormE, en verdad enhorabuena.

silvia zappia dijo...

Igual que Azul, no soy creyente religiosa.Pero mi espíritu cree en los colores de la vida, y son esos colores los que, manejados por tus manos, harán que siempre vuelva, a seguir de la mano de tu caminante, a pararme en cada uno de tus espléndidos umbrales.

Un gran beso!

LIRIO dijo...

Alejo:
¡Bienvenido a esta Mesa de Contertulios!
Qué buena descripción haces del cuadro, te lo agradezco hondamente.
Me gustó especialmente lo de "la efigie rodeada de un campo magnético."
Tienes un gran dominio de la palabra y un extenso conocimiento de la historia del arte.
Me agrada tu presencia entre todos nosotros.
Un abrazo

LIRIO dijo...

Azul:

Muchas gracias por compartir tus bellos recuerdos de infancia con nosotros.

Me encanta especialmente por saber que fue este cuadro mío el que te hizo evocar aquellos tiempos de la inocencia y la tranquilidad infantil.
Gracias por apreciar mi trabajo, y por escribir cosas tan bonitas y sensibles, paisana querida.
Seguimos en contacto.
Un beso

LIRIO dijo...

Rayuela:

Hermoso, muy hermoso lo que dices.
Tu espíritu cree en los colores de la vida, y me hace feliz pensar que parte de esos clores lo encuentres en mis lienzos.

No dejes de volver, aqui te espero con brazos abiertos.

Isis de la Noche dijo...

Me ha gustado mucho tu cuadro amiga... En especial el efecto de la luz que desciende sobre la cabeza, el rostro y los hombros del Cristo. También me gustó mucho esa especie de aureola multicolor, en forma de mundo.

Los colores son una maravilla... Es como una aurora, la aurora de un mundo nuevo a partir de su muerte.. o tal vez esté ascendiendo a otro mundo, mirando con tristeza hacia la Tierra...

Realmente, me ha gustado... Me ha producido una sensación de ingravidez, de desapego, de renacimiento... La verdad es que nunca intelectualizo mucho las sensaciones que me produce una obra de arte, porque siempre siento que tiene su propio espíritu.. su propia alma. Y dejo que se comunique con la mía, en su propio lenguaje...

Es una obra muy bella, mi querida amiga artista. Me ha hecho evocar muchas cosas...

besos ;)

Ico dijo...

El amarillo, el color de Juan Ramón Jimenez, el color de lo inaprensible, de lo místico, de lo inalterable, de lo cósmico... hermoso cristo.. con una dulce placidez en el rostro..

LIRIO dijo...

Querida Isis:

Qué bellos comentarios me haces. Realmente, me has hecho sentir feliz al leerte. Por todo. Pero especialmente me encantó cuando dices: "...me ha producido una sensación de ingravidez, de desapego, de renacimiento". Esto es grandioso para mi, escucharte decirlo.
La verdad es que me sentí muuuuy profundamente inspirada cuando lo pinté, y al contemplarlo una vez terminado, me produjo cosaas muy parecidas.

Lo mismo digo de tu descripción de la aureola como un "mundo". Eso me recuerda lo que ha dicho de eso uno de mis hijos: que para él es como una luna-

Qué maravilla que sientas el lenguaje del cuadro.

Gracias por todo.

Un beso.

LIRIO dijo...

HOLA, Ico

Valiosa la información que aportas acerca de lo que simboliza el amarillo.
Grato es para mi escuchar tu alusión a Juan Ramón Jiménez. Y que vislumbres esa placidez de su rostro, que yo también veo.

Un gran abrazo amarillo-dorado.

Anónimo dijo...

Amiga Lirio, pasaba por aquí, como buena peregrina y me he sentido atraída por un destello luminoso, dorado, maravilloso. Me ha atrapado la forma en que se funde el aura y el cielo, se desdibuja la corona integrándose en las nubes. Está en la cruz, en la tierra, pero pertenece al cielo...El amarillo, dorado, el color de la majestad contrasta con un rostro dulce, asequible, humano.
¡Fantástico! abandono tu casa para continuar mi camino, un poco más mística que cuando llegué, todavía con tus colores flotando ante mis ojos.
Un fuerte abrazo.

LIRIO dijo...

Ay, Esther

Ha sido como una brisa fresca para mi peregrino y para mi leer tus comentarios.

Muchas gracias, escritora de ensueños.

Un beso para ti hasta ese lugar tuyo bajo las estrellas.