domingo, 22 de noviembre de 2009

Otro Camino


"Una Tarde en la Campiña"/ Pastel sobre papel Ingres/75 x 57 cm

Hoy, al Peregrino le entraron unas repentinas ganas de salir a la campiña.
Han sido días muy intensos socialmente, y ahora requiere de un poquito de soledad y silencio.
Es domingo, y por tanto está libre de las presiones cotidianas. Ahhh, siempre ha sentido que los domingos hay algo especial en el aire, cierta ligereza, cierta sensación de libertad.

Sin saber con precisión hacia dónde se iba a dirigir, se encaminó hacia el sur. Salió porla Calle de Meztitla y, sin darse cuenta, al cabo de un rato sus pasos lo habían llevado a este paraje, que siempre había amado. Era un día soleado, pero la presencia de ciertas nubes daban un agradable juego a los trazos del cielo azul.

Iba pensando muchas cosas: todo lo sucedido recientemente en la familia, en el trabajo, en su país... Pero ahora lo que más se le antojaba era olvidarse de todo.
Quería deambular sin rumbo y sin propósito alguno.

Y siguió andando tranquilamente, dejando atrás todo lo demás.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Espirales de Vida


"Espirales"/ Pastel sobre papel Cansson/ 50 x 70 cm

...Y una vez pasados estos días, ha llegado nuevamente el momento de recordar que estamos VIVOS.

Como estas flores, estamos llamados a crecer, mirar hacia arriba, buscar siempre la luz.

Se llaman "espirales", y realmente es un nombre acertado para ellas: sus pétalos crecen en espiral alrededor del centro; sus hojas se desenvuelven en espiral alrededor del tallo; y además, los tallos nuevos que van surgiendo de la tierra salen formando una espiral. Curioso, ¿no? Y otra característica especial de esta planta es que las hijas crecen más rápido que las madres, rebasándolas en pocos días, y las nietas dejan atrás a las hijas en cuanto nacen.

La primera vez que observé, Peregrina, este proceso, quedé asombrada, porque me parece algo insólito. Y me dije: ¿qué es lo que hemos de aprender de esta planta?
Seguramente, algo se me escapa, en mi ignorancia... pero al menos sé que nos enseña a florecer con ímpetu, empuje y altas miras. En este sentido, es todo un ejemplo a seguir.

Por eso decidí pintarlas, y quise hacerlo de tal forma, que pareciese que el jarrón se estaba moviendo en espiral, razón por la cual dejaba estos pliegues especiales en el mantel, y casi-casi empezaba a levantar el vuelo.

Me inspira algún haiku, pero en este momento no atino a redactarlo. ¿Lo hará algun@ de ustedes?

lunes, 2 de noviembre de 2009

2 de Noviembre, Día de Difuntos


"Cementerio en San Juan Chamula"/ Òleo sobre tela/ 60 x 40 cm

Los humanos somos el único animal de la Creación que es consciente de que morirá. No sólo eso, sino que tenemos la capacidad de imaginar qué pasará con nosotros una vez pasado este tránsito.

Todos los pueblos, desde épocas inmemoriales, han rendido algún tipo de culto a la muerte. Es una manera de "explicar" este misterio, que casi siempre nos ocasiona miedo. Las "explicaciones" van desde las religiones paganas hasta las monoteístas, y más allá, hasta la filosofía y la ciencia. México es un ejemplo de sincretismos y combinaciones muy especiales, y de esto quiero hablar en este día.


Veo que ahora ha vuelto el Peregrino...

¿Recuerdan que lo habíamos dejado comprando cazuelas de barro en el mercado, hace tiempo?
"Las vueltas que da la Vida", se titulaba mi post anterior. Y efectivamente, así es. Nuestro camino nos lleva a recorrer unos y otros lugares, plazas, bosques, desiertos, nuevas calles... Y también nuestros estados anímicos van sufriendo transformaciones: de la tristeza y soledad de Alfonsina a la felicidad plena y fugaz de la mujer cósmica con su rosa de resurrección en el pecho; de la alegría de ver nacer a nuestros bebés a la zozobra de tenerlos enfermitos alguna vez, a la satisfacción de verlos cursar estudios superiores; del regocijo de sentirnos parte de una fiesta, bailando y cantando, a la melancolía de ver partir de esta vida a nuestros seres más queridos...

Pues bien, no lo sabía en aquél momento, pero ahora veo claramente que la fiesta que el Peregrino estaba preparando era nada más y nada menos que la Celebración del Día de Muertos, la festividad más grande e importante para el pueblo mexicano. Compró su cazuela porque en casa iban a preparar mole, el platillo más representativo y más exquisito de nuestro país. Comida ritual por excelencia, combinación de las tradiciones prehispánicas y españolas (por ejemplo, la aportación de la carne de pollo y el arroz infaltable con el que se acompaña), este guiso lleva casi 30 ingredientes, incluyendo chiles diversos y chocolate.

Este cuadro que he colgado hoy lo realicé en San Juan Chamula, en el Estado de Chiapas, una vez que tuve la fortuna de pasar ahí esta festividad. Era algo magnífico verlos a ellos, todos vestidos del mismo color, con sus tradicionales trajes de reminiscencias mayas, distribuidos en su camposanto, colocando sus flores de cempaxúchitl en sus humildes tumbas, que para mi son literalmente como fragmentos de sol por su color. ¡Todo un juego de colores contrastantes en clave azul-naranja! Ellos no tienen los medios para construir lápidas costosas de mármol; solamente colocan una cruz de madera, y cada quien sabe cuál es la tumba de su deudo. En el panteón, ese día, resonaban las notas de la banda de música y las risas de chicos y grandes, acompañando a sus difuntitos.

En las casas, cada familia coloca su Ofrenda de Muertos, para esperar a los espíritus de sus antepasados, que se cree llegan en esta ocasión a visitarlos. En la Ofrenda hay sobre todo flores, velas, papel picado de todos colores, calaveritas de dulce, platos con mole, tazas de espumoso chocolate y la infaltable copa de tequila o mezcal. ¡Ah! También es imprescindible el sahomerio, que es un inciensario donde se quema resina de copal. Todo esto se supone que fue lo que los finados más disfrutaban en vida, así que se les invita a compartir la mesa con nosotros, los vivos, solamente en este día. Por supuesto, tampoco faltan ni la música ni la alegría, pues hay un sentimiento compartido de que por ese rato, ellos están con nosotros disfrutando.
Se dice que ellos, al ser solamente espíritus, pueden aprehender todo lo que tenga un carácter "sutil": los colores, los aromas de las flores y las comidas, lo picante de los guisos, el humo del copal (y a veces, de algún cigarro que se coloca también en la Ofrenda, para quienes gustaron de fumar en su vida), el calor de las tortillas o el café, y las notas etéreas de la música que más les agradó mientras vivieron.

En otra ocasión subiré algún cuadro que retrate una Ofrenda; por hoy, los dejo con esta imagen que, con variantes diversas, es la que se está viviendo hoy en todos los confines de México.

"Las vueltas que da la Vida"... y entre vuelta y vuelta, un día esta vida terminará para todos. Pero queda el consuelo de pensar que alguien nos guardará en su memoria, trayéndonos esporádicamente de vuelta a la vida de alguna manera con sus recuerdos.