
"Una Tarde en la Campiña"/ Pastel sobre papel Ingres/75 x 57 cm
Hoy, al Peregrino le entraron unas repentinas ganas de salir a la campiña.
Han sido días muy intensos socialmente, y ahora requiere de un poquito de soledad y silencio.
Es domingo, y por tanto está libre de las presiones cotidianas. Ahhh, siempre ha sentido que los domingos hay algo especial en el aire, cierta ligereza, cierta sensación de libertad.
Sin saber con precisión hacia dónde se iba a dirigir, se encaminó hacia el sur. Salió porla Calle de Meztitla y, sin darse cuenta, al cabo de un rato sus pasos lo habían llevado a este paraje, que siempre había amado. Era un día soleado, pero la presencia de ciertas nubes daban un agradable juego a los trazos del cielo azul.
Iba pensando muchas cosas: todo lo sucedido recientemente en la familia, en el trabajo, en su país... Pero ahora lo que más se le antojaba era olvidarse de todo.
Quería deambular sin rumbo y sin propósito alguno.
Y siguió andando tranquilamente, dejando atrás todo lo demás.