"Anhelo"/ Óleo sobre tela de Liz Hentschel/ 120 x 80 cm."La vida está llena de espirales y arabescos", me dijo hace poco un entrañable amigo. Y efectivamente, asi es.Esta Entrada va a seguir un curso distinto a las anteriores. Hemos de dejar, de momento, a nuestro Caminante entretenido en sus compras y quehaceres del mercado, porque surgió otro asunto que quiero compartir con ustedes, queridos amigos. Este blog UMBRALES es un mosaico de pensamientos y de sentimientos, expresados entre trazos y letras. Y en esta ocasión, la dinámica que me ha traído a este ligero viraje estuvo motivada por un post reciente de nuestro querido Antonio Castellón, quien en su Cuaderno Nocturno, como recordarán algun@s de ustedes, publicó esta ilustración de Rob Gonzalves:
Fue algo insólito para mi:
En el momento que vi esta ilustración, reconocí sin el menor género de duda que yo había estado en ese mismo lugar, en sueños, hace muchos años.Y, además, que estaba segura de tener en alguna parte un cuadreno en donde había volcado dicho sueño, incluso con una somera ilustración hecha con bolígrafo, de manera rudimentaria. Así se lo escribí en los Comentarios al bueno de Antonio. Y él me respondió que sería muy bueno que yo buscase ese viejo Diario y lo subiese aqui, a mi blog, para demostrar la existencia del inconsciente colectivo, como lo denomina Jung...
De modo que me puse a hacerlo, ¡y lo encontré!
Reproduzco aqui este viejo documento, en donde puede apreciarse
el paso del tiempo por lo maltratado de las hojas.
Me parece fabulosa la coincidencia, y por eso me he permitido subir hoy un ejemplo de esta faceta de mi quehacer. Durante muchas épocas de mi vida he tenido la costumbre de llevar Diarios en donde registro muchas cosas, y entre ellas, sueños. Es fascinante releerlos, años después, y encontrar muchas claves. Son como un filón lleno de tesoros, conscientes e inconscientes, que me ayudan a confirmar mi ruta, a constatar mi trayectoria, a recordar quién soy. Y, más allá de eso, a demostrar que el inconsciente colectivo realmente existe: este lugar que tan primorosamente pintó Gonzalves, yo lo visité en sueños en el año 1987.
Y aqui les va el sueño, completo:
"Me bajaba de un coche, y me sentía feliz de ir sola y libre... Esta ciudad por la que voy paseando la siento muy como Londres, hasta creo percibir la cercanía de un río con balaustrada en el puente que lo atraviesa un poco delante de mi. Hacia allá me dirijo, pero no alcanzo a llegar al puente, porque estoy pasando por un monumento que se encuentra a mi izquierda. Es una construcción algo chistosa, pues es una mezcla entre edificio , monumento y torre...
Dudo por un momento si entrar en él, pero veo que en ese momento se están abriendo sus enormes portones de latón... y que está por comenzar una "función". Y me digo: "es evidente que tengo que entrar", así que entro con un puñado de turistas... .
Me da la sensación de un planetario, incluso veo que tiene una como cúpula de luz en la parte superior y a través de sus enormes ventanales se ven estrellas.
En el centro de ese gran recinto rodeado de enormes ventanas de cristal, hay un viejito vestido de levita delante de un gran reloj (me recuerda a la carátula del Big Ben) y manejando un extraño aparato alargado como máquina movible con muchas piezas, que bien podría ser un telescopio o una especie de nave pequeña con proa y popa, como cohete tal vez...
El hombrecillo comienza a hablarnos sobre el mecanismo de ese extraño artefacto y su relación con el TIEMPO. Es fascinante: habla sobre la eternidad, reversión y contracción del tiempo etc... y que mediante el aparato puede modificarse a voluntad. Pero me resulta curioso que habla en un tiempo del verbo que es como una suposición, no es totalmente real. "Si esta máquina funcionara.. bueno, claro que funciona, ejem, ejem" y se reía, pues parecía que algo no estaba funcionando del todo.Y seguía diciendo: "Bueno, como les decía, este aparato podría..., ejem, claro que puede..." y lo movía y lo desplazaba... Nosotros, el público, nos reíamos por esta aparente falla y por los chistes, pero efectivamente comprendíamos muy bien sus explicaciones, tan trascendentales y tan serias... El maquinón era blanco, y lo mismo los marcos de las ventanas del salón aquél. Y el traje del viejín era con chaleco de rayas y camisa blanca."
Agradezco a mi "Hado Padrino", Antonio, haberme sugerido buscar estos cuadernos y entrar en este apasionante tema de los sueños y los recuerdos que se registran en un Diario.
Y, sólo como epílogo, anoto que él siempre me ha llamado "pintora de sueños" (lo habrán leído todos ustedes más de una vez), ¡sin sospechar siquiera que tengo estos cuadernos con mis sueños escritos y dibujados! Lo cual es otra prueba de la junguiana sincronicidad.
Me propongo compartir algunos más de mis intrigantes sueños, con todo y los dibujos, en adelante... En algunos casos, hubo ciertos de mis cuadros que me fueron inspirados durante la vida onírica.
(Espero que alcancen a ver en el extremo inferior derecho el leve boceto de el recinto semi-redondo con los grandes ventanales al fondo, y la figurita en el centro manejando el "telescopio", al que yo denominé Máquina del Tiempo cuando relaté este sueño.)
¡Ah! Y por supuesto que volveremos al Peregrino... (que al fin y al cabo soy yo, somos cada uno de nosotros).