domingo, 19 de julio de 2009

Bugambilias, Jarillas y Jacarandas

"Jarra de Talavera"/ Acuarela sobre Papel Fabriano de Liz Hentschel/ 30 x 42 cms

Ya no quiso ver más el periódico. Se dijo: "Prefiero quedarme con el sabor de las palabras de esta escritora, y enfilar mis pensamientos hacia el futuro inmediato, poniendo en práctica, dentro de lo posible, los sabios consejos que recibí de ella".

Fue asi que siguió caminando por esa calle gris, pero cada vez iba percibiendo más fuerza en los colores, más sonidos a su alrededor, más aromas... Al pasar por una pequeña ventana que se encontraba al nivel de sus ojos, miró por ella y encontró un bello florero con las flores típicas de su región. Quedó feliz al ver esos intensos tonos y reconoció la cerámica de la jarra que las contenía: era talavera de Puebla, una ciudad tan querida para él.

viernes, 10 de julio de 2009

El Periódico

"El Periódico"/Pastel sobre papel Cansson de Liz Hentschel/ 90 x 70 cms

Caminó por ese pasadizo y, tras recorrer una o dos calles a paso lento, vio otra calle a su izquierda, que le pareció más familiar. "Esto sí me suena ya conocido, menos mal", pensó. "Los colores de las casas y el empedrado son como los de mi pueblo....lo raro es que esto siga tan solitario. Debe ser la hora, o quién sabe por qué no hay nadie por acá."

Lo que sí vió fue un periódico tirado en la banqueta. Se acercó y leyó los encabezados: Guerras, invasiones, epidemias, aumentos en los precios del petróleo y las medicinas, derretimiento de los icebergs por causa del calentamiento global. Secuestros en el norte de su país, hambrunas en África, un terremoto en Oriente, políticos desgranando demagogia, un autobús volcado en Centroamérica, un gran escritor que murió, una estrella del escenario que partió para siempre...

"No cabe duda", se dijo, de que estoy volviendo vertiginosamente a la actualidad mundial. Esta es la realidad que reflejan los Diarios del planeta en que vivimos. Yo tan soñador, paseando entre hadas y cascadas, cuando todo esto es una amenaza que está presente, acosando a miles de personas que no pueden encontrar paz y felicidad."

Muy apenado y acompañado de un gran sentimiento de impotencia y desánimo, siguió hojeando el periódico. Ya casi al final, se encontró con un artículo de una columnista que le gustaba seguir. "¡Vaya! Por fin, un remanso. Voy a leer lo que escribió hoy, pues me gusta su manera de pensar."

Leyó:

"Esta vida es un mosaico de muy diferentes piezas. Hay aspectos realmente difíciles y muy duros. Pero lo único que podemos hacer a nivel individual, es tratar de ser mejores personas. Si cada quien pone de su parte, si tumbamos los egoísmos y la ambición, este podría ser un mundo mejor. Hé aqui una serie de consejos que les doy:

Continúen aprendiendo siempre, nunca se dén por satisfechos con lo que saben.

Intenten reír lo más posible, ríanse hasta de ustedes mismos. Sigan siempre adelante, y cuando puedan, elijan nuevas rutas en vez de las ya trilladas y conocidas.

Dén la espalda a la rutina. Saluden a cada día como una nueva oportunidad para ser felices y hacer felices a los demás.

Apaguen el gris de su vida y dénles lugar a los colores más hermosos.

Recuerden que la única persona que los acompañará toda la vida son ustedes mismos: no desperdicien los más valiosos momentos con odios, envidias o pereza.

Su hogar es su refugio, pero no terminen encerrándose en él. No sucumban a la añoranza, salgan a la calle o al campo, pero eviten viajar al pasado que duele.

Y, sobre todo, ¡amen! No olviden que el amor es el alimento más preciado para los corazones."

Escuchó a lo lejos unas notas que provenían de algún radio, y creyó reconocer la canción "Gracias a la Vida", de Violeta Parra.

viernes, 3 de julio de 2009

Un Pasadizo



"Pasadizo"/ Pastel sobre Papel de Liz Hentschel/ 72 x 95 cms

Muy pensativo, él dio un paso a la derecha y resolvió que era hora de retornar a territorios más conocidos. Había quedado con su mujer en que compraría unas cosas en el mercado, y ya se le estaba haciendo tarde.
Aún maquinando en su cabeza el significado de algunas de las "caligrafías" que acababa de ver en los viejos muros descarapelados de aquélla casa, miró por un arco que daba a una calle empedrada. No estaba muy seguro de conocerla, pero intuyó que era el umbral de salida de esos mundos a los que había excursionado. "Ya volveré", se dijo, "pues me quedaron cosas por indagar en esos jardines encantados. Pero he de emprender unos cuantos pendientes que tengo en el pueblo".

Siempre es posible combinar el tiempo para cumplir con aquéllo que sentimos como necesario, y aquéllo que llena nuestros ratos libres, en los que ponemos a volar anhelos o nos dejamos llevar por cosas que nos gustan e interesan. El secreto está en guardar un cierto equilibrio entre estas dos esferas.