domingo, 21 de junio de 2009

Viaje de Regreso



"Pintada, no Vacía..."/ Pastel sobre Papel Gamucina de Liz Hentschel/
47 x 72 cms


En un momento dado, el Peregrino llegó a la conclusión de que era hora de ir buscando lentamente la salida de este mundo de fantasía y reposo. Tenía cosas que hacer y realmente las había pospuesto bastante. No es que se arrepintiese, pero sabía que debía volver a sus trabajos y deberes. Pero ahora lo haría renovado, descansado y con una nueva conciencia amplificada. Se sentía satisfecho por haber tenido la osadía de desviarse de su camino acostumbrado e intentar conocer otras posibles realidades.
¿Cuántas veces en la vida nos es concedido un rato de relajamiento y expansión del espíritu? No es tan frecuente, y es por eso que hay que aprovechar todos los momentos bonitos y bellos.
Trató de orientarse y vio a lo lejos una construcción semiderruida, hacia la cual encaminó sus pasos. Cuando se encontró en ella, advirtió que era un umbral de regreso a su calle, a su poblado, a su mundo. Penetró en una de las estancias destechadas para buscar la salida del otro lado. Se fijó que en los muros descarapelados se podían apreciar dibujos, historias escritas en un lenguaje extraño. "Qué bonita puede ser una pared abandonada al tiempo, en donde la intemperie va dejando sus huellas como una pátina..."

viernes, 12 de junio de 2009

El Río



"El Rio"/ Pastel sobre papel de Liz Hentschel/ 70 x 50 cms


Repentinamente, tras un buen rato de ensueño y de sentirse inmerso en la naturaleza que lo rodeaba, no sólo visualmente, sino también a nivel sonoro y físicamente en cada poro de su piel, cayó en la cuenta de que era hora de emprender lentamente el regreso a casa... Habían sido muchas emociones las que había vivido "fuera del tiempo" en este mundo mágico, desde que entró a aquél umbral del extraño jarrón de pensamientos.

Asi que comenzó a bajar la cuesta, entre piedras escarpadas, hasta que arribó a un terreno llano, en donde el agua corría de manera más tranquila y suave. Al ver este río, buscando el camino de regreso a su hogar, recordó un pasaje que alguna vez había leído en el I Ching o Libro de las Mutaciones:

"...asi todo va fluyendo, como un río sin parar, día y noche..."