"El Mercado"/ Pintura al pastel de Liz Hentschel sobre Papel de Amate/ 80 x 64 cm
Por fin desembocó, un par de calles más adelante, en el mercado de su pueblo. Los aromas y los sonidos que lo rodeaban lo hicieron sentirse completamente en casa.
En la entrada estaba doña Chonita, ofreciéndole una taza de atole humeante. Lo aceptó encantado, dirigiéndose luego a comprar lo que le había encargado Elia, su esposa: frijoles, chiles secos y olores para el mole, y tortillas. ¡Ah! Ahora recordó que también le había pedido algunas frutas y una cazuela de barro.
¡Cuánto colorido y movimiento! Se sintió muy feliz y con un gran apetito.
Fue comprando sus cosas tranquilamente, sin prisas. Iba pensando en la Fiesta que se avecinaba en su barrio.
Por fin desembocó, un par de calles más adelante, en el mercado de su pueblo. Los aromas y los sonidos que lo rodeaban lo hicieron sentirse completamente en casa.
En la entrada estaba doña Chonita, ofreciéndole una taza de atole humeante. Lo aceptó encantado, dirigiéndose luego a comprar lo que le había encargado Elia, su esposa: frijoles, chiles secos y olores para el mole, y tortillas. ¡Ah! Ahora recordó que también le había pedido algunas frutas y una cazuela de barro.
¡Cuánto colorido y movimiento! Se sintió muy feliz y con un gran apetito.
Fue comprando sus cosas tranquilamente, sin prisas. Iba pensando en la Fiesta que se avecinaba en su barrio.
25 comentarios:
Pido disculpas porque la calidad de la fotografía de esta obra no es de óptima calidad. Pero me pareció umporescindible que hiciera una estación en el mercado nuestro Peregrino en este momento de su andar.
Espero que los lectores trasciendan estos defectos debidos a limitaciones técnicas, y puedan sentirse invitados a penetrar visualmente la escena.
Intersección y mestizaje, retahílas de cristales, de planos a plenos. Ojos y ejes en contínuo movimiento, entre irse o quedarse. Los techos provisionales, cometas posponiendo lejanías, quitaban las aldabas al viento y pronunciaban pulsos antiguos, en rincones inenarrables. Oferta y demanda de ecos vírginales. El mundo entero cabe cosido a las alas y sobra espacio para el viaje. Instantes interrumpidos, vagan sin aferrarse...
Saludínes Poetisa del Pincel.
Aunque la fografía desmerezca a la pintura, Liz, tu obra llega y atrapa, se escucha el bullicio y el vocerío de los vendedores.
Felicidades.
Un abrazo grande.
Queridas Poiésis y Luisa:
Gracias, amigas lindas, por ser las primeras en comentar mi "bullicioso" cuadro.
Les quiero decir que encontré otra foto un poco más fiel en los colores, y la acabo de subir. No tengo idea de cómo borrar la versión anterior/ pero ahora podrán ver las dos y compararlas. Esta segunda fotografía tiene otro defecto: que como fue tomada con el cristal que cubre al cuadro, da un poco de reflejo. Pero en general corresponde más a la sensación del original.
Bien mencionas, Poiésis, lo de "retahílas de cristales, de planos y plenos...". Increíblemente, presentiste lo del cristal que se sobrepone al cuadro en mi segunda foto.
Como siempre, leer tus maravillosas palabras lo arrastra a uo a "ver" muchos otros planos que los inmediatamente aparentes. Un cuadro es "mudo" en tanto no llegues ustedes a animarlo con su verbo, Poetas!
Y lo que dices tú, Luisa, también me agasaja: si fuiste capaz de escuchar el vocerío de los vendedores, quedo totalmente satisfecha de mi trabajo. ¡Eso era lo que yo quería lograr! Precisamente por eso coloqué antes de esta escena tres cuadros completamente "silenciosos", pues intentaba lograr un CONTRASTE entre ellos y este ruidoso episodio del mercado. Entre los vendedores y el público, podrán apreciar ahora los productos típicos de esta región: están a la izquierda la vendedora de setas y hongos silvestres, que abundan por aqui en tiempo de lluvias, y también la que ofrece flores de calabaza, cilantro y epazote. A media distancia, a la derecha, tal vez puedan apreciar a un grupo de hombres comiendo quesadillas (las que está preparando la mujer del primer plano a la derecha, ante su comal; ella está haciendo tortillas azules, color que a veces adquieren los granos de maíz)y bebiendo cervezas. Más allá, la vendedora de flores. ¿Los pueden ver a todos ahora, en esta versión "mejorada"?
Al fondo, detrás de las coloridas lonas que dan sombra ("cometas posponiendo lejanías", como las describe tan bellamente Poiésis), se ven los escarpados montes que rodean este pueblo.
¡¡Qué placidez y qué calma transmites siempre¡¡ Precioso colorido, el toldo naranja parece una cometa
Es un gusto verte merodeando por aqui, amiga Ico.
Gracias por tu amable comentario.
Bien dices: ese toldo pareciera un "papalote", como les decimos en mi país a las cometas. Hasta podríamos imaginar que estamos a punto de salir volando agarrados a su asta.
Gracias por apreciar mis trazos.
Un beso colorido para ti, y espero que estés disfrutando de tus merecidas vacaciones... sé que ser maestra es una profesión esforzada.
Me gustó mucho tu mercado, Liz, tanto que me quedé a comerme una quesadilla, bueno, tres, jeje. Y me bebí una cerveza, creo que era una "Coronita". Me falta aun probar la taza de atole humeante, que seguro que está muy bueno.
Lástima no poder apreciar el cuadro con más calidad, pero como te han dicho se percibe la vida, el sonido y el movimiento del mercado.
Eres una gran artista, sin duda alguna.
Un abrazo.
Antonio:
¡Conque te comiste tres quesadillas!
Pues qué rico, lo único que espero es que no te hayas pasado de picantes y te hayas "enchilado", jeje... No, sé que no fue asi, porque las salsas y los diversos tipos de chiles que ofrecen en la fonda del mercado se las pone cada quien a su gusto, así que estoy segura de que fuiste moderado con ello. ¿Y la cerveza? Supongo que te agradó, bien helada y tan sabrosa. Ahora que me fijo bien, en la segunda foto que subí creo haberte visto entre los hombres que están ahí sentados, departiendo alegremente...
Espero de corazón que te haya refrescado el rato esta breve parada en el "tianguis" (así se dice mercado en náhuatl, y es una expresión que aún utilizamos con frecuencia.)
Besos para ti
¿Qué te parece el cambio, Liz?
¿Te gusta más así?...
Bueno, me vuelvo al tianguis, que me falta la taza de atole.
Besos
Uyyy amiga Liz... con lo que me gustan los mercaditos!! todo un folclor de colores y más, al tiempo en que disfruto de un delicioso tejuino con nieve de limón mmm...
Gracias linda por retratar de tan hermosa manera nuestras tradiciones.
Deseo tengas bonitos días. un beso.
Antonio:
Claro que me gustó, porque veo los avatares de tod@s ustedes, lo cual es una gracia que complementa cada comentario.
Aunque de decirte que extraño el fondo oscuro. Supongo que no es posible tener los avatares y mantener el fondo negro, ¿verdad?
Bueno, no se puede tener todo en la vida, ¿verdad? Pero lo que sí es una suerte infinita es tener amigos como tú.
Gracias, Hado Padrino, por estar siempre ahí ayudándome (a mi y a todos) a implementar mejoras diarias en nuestras vidas.
Besos lilas
Amiga, Caminante Azul
Tú siempre dejando huellas tan bonitas de tu paso.
Gracias por apreciar mi arte, y por permitirte penetrar en mis cuadros. En este caso, el tianguis de Tepoztlán (te reitero que estás invitada cuando gustes, y te llevo al mercado a probar las Tepoznieves genuinas, de limón, de tunas rojas o de zapote negro con mandarina).
Cuídate mucho.
Citando uno de sus observaciones: 'hemos de mantener el aplomo, el ritmo, el rumbo... y seguir siempre adelante' le digo que eso es lo que dice de vez en cuando mi suegra, una dama de 89 años que filmé el año pasado caminando por la orilla del mar, junto con su hija, mi mujer. El vídeo se puede ver en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=PHFTvYSDWKE
Un saludo desde Amsterdam
Olvidé decirle que me gustó ese comprar tranquilamente, sin prisas, y la felicidad del marido de ver tanto 'colorido y movimiento'.
Hola Lirio, acabo de leer tu comentario en mi blog que, no sé por qué, no aparece en el blog...
El autorretrato es del hermano de mi padre y él hizo también los dibujos de mi abuela y bisabuela.
No soy pintor. Mi mujer pinta y de ella pongo de vez en cuando un dibujo o cuadro en mi blog.
Un saludo
Aunque la calidad de la fotografía no sea de lo mejor, tu pintura es maravillosa. Los pasteles frescos y cálidos(adoro los pasteles)son un deleite para la vista y el alma.
Y allí veo a tu caminante, me acercaré a él y andaré a su lado, llenándome de aromas, y probaré una tortilla también...y creo que lo estoy viendo a Anonio,...a ver si me convida un vaso de "Coronita".
Mil besos, querida Liz!
Hola, Giovani!
Qué sorpresa encotrarte por esta
rendija cibernética.
Yo te acabo de "conocer", ¿sabes?
Vi tu nombre y título ("Autorretratos") en el Zigurath de Rayuela, y por supuesto me interesó, pensando que eras pintor. Vi que no lo eres, pero me gustó tu escritura. Traté de dejarte un comentario, pero no pude, pues la máquina lo rechazó.
De modo
que es una alegría para mi verte visitando este alegre mercado mexicano.
Espero nos sigas acompañando, pues este "sloncito" de tertulias cuenta con un grupo único y precioso de amigos (ojalá te unas a nosotros, con opiniones tan lindas como la que acabas de poner).
Veré, encantada, tu Página de U-Tube.
Saludos hasta la bella Amsterdam
Sigo..., Giovanni:
Ahora que te evié la respuesta anterior, descubrí otro nuevo tuyo, en el que me dices que leíste mi comentario.
¡Eso quiere decir que sí pasó! Qué bien, pues yo creí lo contrario.
Pues están muy muy bien los dibujos de tu querido tío, de verdad. A mi también me encanta el dibujo; ya llegará el momento de ir subiendo algunos ejemplos de ello aqui entre mis umbrales...
Bueno, mucho gusto y por ahí o por aqui nos veremos.
Ay, Rayuela!
Qué lindo que pasees por este pintoresco rincón de México, que trato de reflejar en mi cuadro al pastel.
Me emociona mucho pensar que te vayas a sentar con Antonio a tomar esa "chelita" (asi les decimos por acá a las cervezas bien frías). Me imagino lo divertido que lo pasarán, mirando tanto movimieto a su alrededor...
Que disfrutes de este viaje, y también del de Buenos Aires; deseo que te envuelvan puros aires buenos, excelentes y renovadores. Ya nos contarás después, querida amiga
Lirio, con mucho gusto volveré a ese rincón mejicano. Hmmm, me gusta la comida mejicana, la última vez que la comí fue en... Nueva York. Y antes de eso en Méjico! En el año 1982 primero (junto con mi compañera seguíamos la caravana periodística detrás del candidato de la PRI, visitábamos una fábrica de zapatos (no revolucionarios) y charlábamos con gente. Y después rumbo a Yucatán, clima tropical, ventiladores en el techo...) y después en 1983 y 1988 si no me requivovo.
Copié tu comentario en mi blog y puse otro autorretrato (de una muy buena pintora finlandesa).
Nos veremos (de verdad, jaja)
Giovanni:
Me da mucho gusto saber que estuviste en mi país, y que te agradara nuestra comida. Si fuiste a Yucatán, sin duda tuviste ocasión de probar una de las cocinas más exquisitas de México (cochinita pibil, panuchos, papadzules... Mmmm!).
Iré a tu blog a ver el retrato que dices, y te conmino a que mires el mío, que está en la Portada de mi blog: se titula "Reflexiones" y soy yo ante un espejo.
Saludos renovados.
Liz, la verdad es que siempre que me acerco, pienso lo mismo...¡que lástima no poder ver tu trabajo al natural y en sus formatos originales. O al menos más grande.
A ver si ese asesor que gastas, jeje, consigue solucionarlo en breve y por lo menos lo vemos con más detalle.
En un trabajo como éste, aunque estoy con Luisa, en lo del bullicio y en que atrapa, está claro que se pierden matices importantes.
Me gusta esa historia que explicas con relación a él. Si algún día me acerco a tu tierra, te buscaré para que me hagas de cicerone y verla a través de tus detallistas y sabios ojos, que todo lo ven.
Estoy con Antonio, cuando dice que la "cotización" no hace al artista, iría incluso más allá y te diría que eso podría interferir en tu visión del mundo de alguna forma. Y no sé si eso interesa a tu espíritu tan evidentemente libre.
Te pediría, (pedir es gratis jajaja!) que sigas en ello, que no te canses, porque eres buena Liz. Tus trabajos tienen alma. De verdad!
La gente que nos acercamos aquí, venimos con total libertad, y también con total libertad, dejamos nustros pensamientos con respecto a tu pintura y la sensibilidad, casi siempre emocionante, que reflejas en ella.
Bueno, no me enrollo más.
Precioso tu mercado y el alma indígena que se adivina en él.
Un beso preciosa.
Amiga Cristalook:
Ha sido como un refrescate baño de agua fresca leer tus comentarios vertidos aqui. GRACIAS.
No es la primera vez que me dices que desaerías ver mi obra en vivo, lo cual me halaga!!! Como pedir no cuesta, como tú misma declaras, yo les pido a los Ángeles del Arte que me permitan alguna vez volver a España en esta vida y exponer mis trabajos por allá. Si ya lo hice una vez, ¿por qué no otra?
Y cuando vengas a "las Indias Occidentales", cuenta conmigo para acompañarte y servirte de guía. ¡Encantada!
Un beso hasta tu Tierra de Nunca Jamás...
Estas dos muestras de Liz, Flor de Lis, en el mercado, despíertan emociones diversas. La primera describe la mañana. Hay mercado en el pueblo y los habitantes salen a hacer las compras, a conversas, y los niños corren o vuelan sus volantines (en Venezuela los llamamos papagayos), de roja y fina tela sobre la cruz que va al cielo. Todo se difumina en colores y las figuras humanas hacen su paciente espera.
el otro pastel es la tarde lluviosa del mercado. Todavía cel volantín puede elevarse sin riesgo de caer, pero los niños ya no tienen el mismo arrojo. Los pobladores se borran ante la caída de la lluvia pero están todavía en su tarea doméstica y de comunicación entre todos.
Bellas obras de la bella Liz, amor oculto en el silencio.
Besos. Alejo.
Alejo:
Diasculpa si hasta hoy te respondo, pero es que no había descubierto tu comentarios hasta ahorita.
Es delicioso, la verdad, cómo das vida a unas imágenes con tus cantarinas palabras.
Gracias, amigo de Venezuela, y te mando un beso que vuela como cometa, o, mejor dicho, como "papagayo".
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